Que siiii que estoy de vuelta.
Y que noooo, que no me he olvidado de que tengo el blog y de que me gusta cocinar y compartir recetas, pero es que los días no estiran lo que una quisiera y hoy por mañana y mañana por otro día, y en fin, que no publico desde hace un tiempo.
Bueno pues para que la vuelta sea dulce y aprovechando que todavía quedan nectarinas en el mercado os traigo este delicioso bizcocho que os aconsejo de todas todas que hagáis porque está increíblemente bueno.
Espero que os guste tanto como nos gustó a nosotros.
Ingredientes:
(cuando digo taza me refiero a las de desayuno clásicas, vaya las que normalmente se tienen en casa y además solemos comprar de recuerdo cuando vamos de viaje)
2 nectarinas
Medio vaso de los de agua de vino dulce de Málaga
Almendra en cubitos pequeños
2 cucharadas de mermelada de albaricoque
3 huevos
1 taza de azúcar
1 taza de leche entera
1 taza mitad de aceite de oliva virgen extra y mitad de aceite de girasol
2 tazas de harina
1 sobre de levadura
Ralladura de un limón
Lo primero es poner a macerar las nectarinas en gajos con piel y sin el hueso con el vino dulce de Málaga durante media hora. De cada nectarina sacaremos entre 6 u 8 gajos, depende lo grande que sea la pieza.
Mientras la fruta macera hacemos la masa del bizcocho que además es más o menos la que suelo utilizar para hacer magdalenas, en estas últimas hecho media taza de leche pero el resto es igual.
Batimos los huevos con el azúcar, la leche, el aceite y la ralladura de limón. Añadimos poco a poco la harina y la levadura y mezclamos hasta que se incorpore, intentando no batir en exceso para que el bizcocho quede lo más esponjoso posible.
Echamos la masa del bizcocho en el molde que previamente habremos untado con aceite de oliva y por encima vamos añadiendo las nectarinas sin el vino que reservaremos. Añadimos por encima la almendra en cubitos.
Metemos el molde al horno precalentado a 180º con calor arriba y abajo y horneamos aproximadamente unos 40 minutos.
Mezclamos el vino reservado de la maceración con la mermelada y a mitad de la cocción del bizcocho echamos por encima la mitad de dicha mezcla.
Una vez horneado el bizcocho y todavía caliente echamos por encima el resto de la mezcla de vino y mermelada.
Dejamos enfriar y ya solo nos queda comer y disfrutar.
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