A veces los platos sencillos suelen ser los más resultones y eso es lo que le pasa a esta receta. Es sencilla porque la base es un sofrito y el resto de ingredientes pues ya me diréis: patatas y chorizo.
Los platos de cuchara reconfortan el cuerpo en invierno y a mi en particular me apetecen muchísimo.
Además, y ya se que lo digo mucho, quería darle un digno final a los dos chorizos que me encontré en la nevera (resto de un regalo que me habían hecho) y qué mejor que con este plato.
El único truco para que el caldo se quede espesito es cascar las patatas al partirlas, de esa forma sueltan el almidón en la cocción y hacen que el caldo espese.
Ingredientes:
3 patatas medianas
2 chorizos
1 cebolla
1 pimiento verde
3 ajos
1 ñora
1 litro de agua
3 cucharadas de aceite de oliva
Sal
Colorante alimentario (opcional)
Ponemos el aceite en una cacerola y hacemos un sofrito con los ajos (picados muy finos o prensados), la ñora entera y la cebolla y el pimiento verde muy picados. Dejamos pochar a fuego medio durante unos minutos.
A continuación añadimos los chorizos cortados en rodajas y las patatas cascadas en trozos medianos. Mezclamos bien con el sofrito y añadimos el agua.
Dejamos cocer a fuego medio durante unos 15 minutos aproximadamente, hasta que veamos que las patatas estén tiernas. A mitad de la cocción probamos de sal y añadimos el colorante alimentario.
Pasado ese tiempo apartamos del fuego y están listas para comer.
NOTA: un consejo que os doy es que el chorizo sea de buena calidad porque va a ser el que le de el toque al plato.