Las
magdalenas y las galletas forman parte de los desayunos de infancia de la
mayoría de nosotros quizá por eso nos siguen gustando cuando nos hacemos
mayores, o simplemente porque por ejemplo en el caso de las magdalenas a quien
no le gusta una magdalena esponjosa con una buena taza de leche, con o sin café
eso ya al gusto. O con chocolate ummmm.
Estas
magdalenas que hoy os presento me transportan directamente a esa época de la
infancia de la que os hablaba porque además de tiernas tienen un maravilloso
sabor a limón que las hacen deliciosas.
Solo
deciros que aguantan estupendamente una semana si las guardáis en un recipiente
cerrado, bueno, eso si no os las coméis antes.
Espero
que os gusten.

Ingredientes:
(para
21 magdalenas)
3
huevos
250
grs. de azúcar
250
grs. de aceite de oliva virgen extra
150
grs. de leche
350
grs. de harina
1
sobre de levadura
Ralladura
de un limón
Más
azúcar para echar por encima de las magdalenas
Cápsulas
de papel para magdalenas
Comenzamos
batiendo los huevos con el azúcar hasta que blanqueen, este paso es muy
importante ya que la esponjosidad de las magdalenas dependerá en gran medida de
ello. En mi caso he utilizado la Kitchen Aid.
Añadimos
la leche, el aceite y la ralladura de limón y continuamos batiendo.
Por
último incorporamos la harina y la levadura mezclando a mano con movimientos
suaves.
Dejamos
reposar la masa tapada durante una hora.
Rellenamos
las cápsulas de magdalenas hasta unos dos tercios de su capacidad y
espolvoreamos azúcar por encima. Es aconsejable para que os suban mejor que
utilicéis un molde de lata de magdalenas y metemos en el las cápsulas, el mío
tiene capacidad para 12 magdalenas.
Horneamos
con calor arriba y abajo durante unos 15 minutos a 200º en horno precalentado.

Una
vez horneadas dejamos enfriar sobre una rejilla y listas para comer y
disfrutar.