Si eres como una servidora que aunque haga calor sigues metiéndote en la cocina a
hacer algún que otro plato que vaya un poco más allá de una ensalada, entonces
déjame decirte que efectivamente te gusta cocinar porque con estas calores es
que se te quitan las ganas de toooooooodo.
Hoy en solidaridad con la climatología veraniega os traigo una receta que tenía
pendiente de publicar desde hace tiempo y que está rica rica.
Las croquetas son un “fondo de congelador” imprescindible y socorrido aunque sea
para echar mano de ellas de vez en cuando. Estas de salmón y puerros son además
bastante completas y de sabor suave, seguro que sorpenderéis a más de uno con
los ingredientes.
Espero que os gusten.

 

Ingredientes: (para 33 croquetas grandecitas)
350 grs. de salmón en rodajas
2 puerros
8 cucharadas
colmadas de harina (unos 200 grs.)
800 ml. de leche semi o entera
Sal
Pimienta
negra molida
Nuez
moscada
Eneldo
8 o 9 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
En primer lugar hacemos el salmón a la plancha con una cucharada de aceite
de oliva. Una vez hecho quitamos la piel y espinas, troceamos el pescado y
reservamos.
Echamos en una sartén el resto del aceite de oliva y sofreímos los dos
puerros troceados hasta que estén blandos, unos 5 minutos. Apartamos y
reservamos.
En el aceite donde habíamos sofrito el puerro añadimos la harina y tostamos
ligeramente (paso importantísimo para que las croquetas no sepan a harina).
Seguidamente añadimos la leche y removemos hasta que veamos que se ha integrado
con la harina.
Apartamos la bechamel y batimos junto con el puerro reservado, aprovechando
así que si tiene algún grumo se lo quitamos.
Volemos a poner la bechamel con el puerro en la sartén y añadimos el salmón
troceado.
Condimentamos con un poco de pimienta negra molida, de nuez moscada y de
eneldo al gusto. Añadimos también la sal y probamos para rectificar en su caso.
Llegados a este punto comenzamos a remover sin parar la masa de las
croquetas a fuego medio alternando con medio-fuerte durante unos ocho minutos
hasta que veamos que la masa se despega de las paredes y el fondo de la sartén.
Apartamos y echamos la masa en una fuente y tapamos con film transparente para
que no se reseque la masa por arriba.
Cuando la masa se haya enfriado la metemos en la nevera un par de horas
hasta que veamos que tiene un poco más de consistencia.
Después sacamos de la nevera y vamos dando forma a las croquetas pasándolas
seguidamente por huevo y pan rallado.
Las freímos en tandas de 6 o 7 en aceite bien caliente.

 

Y una vez fritas solo nos queda comer y disfrutar.